Mucho ha llovido desde que comenzara a crear manualmente mis primeras joyitas con cuentas de rocalla y madera. Comencé esta andadura para descansar la cabeza de tantas horas de estudio y lectura que me exigía la universidad. Al poco, mientras jugaba dando formas y alternando colores, percibí que fabricaba artesanía.
Si bien estos inicios consistían en fabricar mis propias joyas y algunas para regalar, no tardó mucho en aparecer la idea de vender mis productos. Además mientras montaba unos pendientes, se me iban ocurriendo otras muchas posibilidades de crear y me resistía a no dar forma a todas. Incluso algunas de ellas estaban lejos de mi estilo y gustos personales. No podía parar de inventar.
Pero ¿qué es la artesanía? Es fácil convenir que la artesanía engloba a una serie de artículos creados manualmente, tal vez siguiendo técnicas ancestrales. Entonces, ¿todo lo hecho a mano es artesanía? ¿Mis bisuterías lo eran? Eran pequeñas obras que yo fabricaba con mis manos y cuyas ideas salían de mi cabeza. ¿Qué características ha de tener un producto para ser considerado artesanía?
Al principio, mis joyitas eran básicas, casi infantiles; con el tiempo aprendí alguna técnica que me llevó a fabricar pendientes más elaborados. Un día, viviendo en Francia, conocí a un joyero artesano que se ofreció a aconsejarme acerca de mis creaciones y me orientó hacia qué modelos debía dirigirme. ¿Estas bisuterías más complejas se convirtieron en productos artesanos? ¿Si no lo eran, qué me diferenciaba entonces de otros que sí lo son?
Hoy Instagram me ha puesto en contacto con otras muchas personas que crean con sus manos. Ignoro si todas ellas se ganan la vida vendiendo sus productos o más bien aprovechan la ventana que les ofrece esta red social para mostrar lo que construyen con sus propias manos. Aunque apostaría a que son bastantes las que tratan de obtener algún tipo de beneficio económico vendiendo lo que fabrican. ¿Estas personas hacen artesanía?
Ha pasado mucho tiempo de todo esto y ya no hago bisuterías. Tan solo hoy me pongo a reflexionar sobre este tema, cuya respuesta tal vez sea una cuestión de perspectiva y de creérselo. Cierto que nunca busqué el tener un papel que me certificase como artesana y me capacitase para vender legalmente mis productos creados.
Tal vez esos pendientes que fabricaba más elaborados sí puedan ser artesanía si yo me lo creo así. Lo de la venta, ya es otro tema. Lo importante es construir, dar forma a las ideas. Lo hecho a mano está de moda y quien más quien menos gusta de lucir sus propias creaciones.
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