TemplateMonster |
Hace unos años una lucecita se encendió en mí: de pronto el deseo de poder vivir de mi escritura comenzó a llenar mis planes. La idea era muy sugerente, ¿acaso no era eso lo que siempre había soñado? Anhelé redactar textos de divulgación, de cultura, de opinión… cualquier posibilidad era buena. Pero surgieron también las dudas: ¿cómo hacerlo si llevaba años sin escribir una sola línea, ni siquiera en forma de diario?, ¿cuál era el camino si mis conocimientos en cualquier área son limitados?, ¿dónde poner la primera piedra?
El miedo que todo lo paraliza me mantuvo varios años dando vueltas a la intención de retomar este blog, de hacer renacer este proyecto, estancado durante mucho tiempo. Que comencé publicando nuevamente como un proceso creativo totalmente personal, es algo que solo sé yo, porque nunca llegué a confesarlo a nadie de mi entorno.
Escribía como medio de conocerme, de expresarme. Era un reto personal: primero para convencerme de que podía sacar a la luz mis textos y no iba a pasar nada por ello; segundo, para crear un hábito de escritura. Dialogaba desde la introspección, tan alborotada tenía la cabeza que era incapaz de expresarme a través de otros temas: no sabía hablar de otra cosa; no podía hablar de otra cosa. Porque así ordenaba mi mundo interior.
Pasada la ilusión de esos primeros años, los siguientes fueron un poco trastabillados, de idas y venidas. Me niego a pensarlo como fracasos: tan solo son pequeños tropezones que cualquiera puede tener. Siempre hay que resurgir. Y entre unas cosas y otras han transcurrido ya más de tres años –parece mentira– desde que reanudara mi andadura como bloguera resucitada. Vencía el miedo a exponerme, a nombrar mis sentimientos cada vez que publicaba una entrada. Caminaba hacia el sueño de que escribir abriera expectativas para generar ingresos en un futuro.
Por eso, tal vez sea el momento de dar el paso; abandonar el yo y llegar al nosotros; buscar nuevas temáticas, nuevas formas de expresión, abandonar mi zona de confort. En definitiva, de salir al mundo, explorar sus preocupaciones, sus intereses, sus inquietudes; charlar de sus preocupaciones y hacerlas mías.
Pero lo cierto es que el deseo y la voluntad de querer hacer algo no siempre casan con el hecho de conseguirlo. Por algún motivo me sigue costando conectar con el exterior, aprender a hablar contigo. Tal vez todavía quede un poco lejos engancharme a otras temáticas: el camino apunta que será largo y tendrá muchos tropiezos, pero sin duda merecerá la pena recorrerlo. Porque tengo ilusión, ganas de crecer, de aprender a expresar mis conocimientos y divulgar, tal vez de opinar sobre actos culturales o qué sé yo. Anhelo que, tal vez algún día, mis textos importen, y consiga ganar algún dinero con mi escritura y vivir de escribir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario