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martes, 11 de mayo de 2021

Renaciendo en un blog

Un ordenador portátil reposa sobre el tronco de un árbol cortado en medio de un bosque

«Quien deja de luchar por su sueño,

abandona parte de su futuro.»



Nunca tuve demasiada determinación para lanzarme a cumplir sueños difíciles, para los que se necesitaba demasiada constancia. Como cuando se puso de moda tener un blog y todo el mundo se hacía uno y yo me subí al carro. Creí ver la forma de llegar con mis palabras a mucha gente; transmitirles mis sensaciones: era el vehículo perfecto para dar a conocer al mundo las historias que escribía.

Porque no se me ocurría otro modo. Escribir un libro se me antojaba un sueño irreal, y publicarlo solo era posible para unos pocos elegidos, ¿por qué habría de ser yo una de ellos? No sé si me hicieron creer que ese sueño era demasiado grande para mí o solo me rendí antes de empezar porque era muy difícil conseguirlo. Pero ¿y qué no es difícil conseguir en esta vida?

Ahora veo casos de gente que tenía su carrera profesional ya encauzada, arquitectos, abogados que de repente lo dejan todo para dedicarse a su pasión, a lo que verdaderamente les hace feliz. Supongo que ver esas realidades ha terminado por impulsar lo que tantas veces he soñado para mi vida. Porque, oye, si otros pueden, ¿por qué no voy a poder yo también?

Y me puse a escribir otra vez. Primero para mí, en forma de diario: pensaba temas, redactaba bocetos… todo sumergido con una inconstancia brutal. Y de repente me di cuenta de que había empezado otra vez a soñar con ver mis palabras en las pupilas de lectores ahora desconocidos; me di cuenta de que volvía a tener ilusión por algo.

Después de tanto tiempo, alguien podría decirme que ese sueño murió. Sin embargo, no verbalizar mis pensamientos a través de palabras escritas, no significa que haya dejado morir mi sueño. Mi esencia de escritora siempre ha estado ahí, dormitando a mi lado. No se ha extinguido: escribir es una vocación que nunca se pierde.

Y recordé mi blog abandonado, aquel que nunca llegó a tener mayor proyección que la lectura de algunos amigos y familiares. Y decidí volver a publicar, devolverle la vida que debió tener. Aunque ya no esté de moda escribir blogs; aunque a nadie le importen mis historias. He decidido que me voy a lanzar a la piscina y soñar, soñar en voz alta. Solo a ver qué pasa.

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